La estrategia del parásito (César Mallorquí)
Estoy
muerto, lo sé; tan muerto como Mario. ´
Sigo respirando, me muevo, como, duermo, hablo, escribo, pero soy un cadáver que se niega a aceptar lo inevitable y finge vivir una vida ficticia, como un fantasma. ¿Alguna vez habéis tenido problemas? Hablo de problemas de verdad, no de chorradas [...] No, qué va; ni siquiera conocéis el auténtico significado de la palabra «problemas». Pero yo sí; soy el campeón mundial de los problemas, récord Guinness de la especialidad. Por ejemplo, no puedo hablar por teléfono, ni por un fijo ni por un móvil, y tampoco puedo navegar por Internet, porque enviar un simple correo electrónico sería como firmar mi sentencia de muerte. [...]
Debo mantenerme siempre oculto, porque asesinos a sueldo me persiguen para matarme y, además, la policía me busca como responsable de varios asesinatos y violaciones. No está mal para un estudiante de veintidós años, ¿verdad?
¿Serviría de algo que os jurase que jamás he matado ni violado a nadie? ¿Me creeríais si os dijese que no tengo la culpa de nada, que todo ha sido por azar, que si estoy metido en este lío es única y exclusivamente porque hace años Mario y yo fuimos compañeros de clase? Supongo que no. Pero permitidme al menos que os cuente mi historia [...]
Empecemos por mi nombre: me llamo Óscar Herrero y todo comenzó...