El mar (Patricia García Rojo)
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Vivo en un tejado, tengo
un barco hecho en su mayor parte de corcho blanco, una piedra mágica y una
novia que no me lo creo.
Aunque esto no siempre ha
sido así.
Por eso lo cuento.
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Cuando el mar se lo tragó todo, yo solo tenía siete años y unas ganas tremendas de quedarme viendo la tele en lugar de ir al colegio (no es que no me gustase el colegio, es que me gustaba mucho más la tele).
Una de las cosas raras que tienen los recuerdos es que soy capaz de visualizar perfectamente lo que estaba desayunando ese día [...]
Tenía siete años y el agua entró poco a poco en la casa.
En mi imaginación fui el primero en darme cuenta. Seguramente no entró tan poco a poco como yo lo recuerdo ahora.
Entró con fuerza, porque se lo llevó todo. Con todo quiero decir a mis padres y a mi hermano. Porque los edificios quedaron mágicamente en pie.
Hay cosas así que pasan de pronto y te cambian la vida por completo, si es que la conservas.
Y yo la conservé.
En realidad da igual que tengas siete o veinte o cien años ante una cosa así.
Si de pronto el mar
decide que ha llegado su turno y se traga cada uno de los malditos pueblos de
costa del mundo, te cambia la vida.